También Europa quiere marcos estables sin medidas retroactivas a las energías renovables
Esto es lo que recomienda la Comisión Europea en un borrador de comunicación, que empieza afirmando que mantiene el objetivo a largo plazo de un sistema de generación eléctrica libre de emisiones para el que habrá que diseñar mecanismos eficientes de apoyo.
Todavía estamos inmersos en la incertidumbre sobre si las cifras de costes estándar que establecerá el Gobierno en las próximas semanas realmente aportarán la rentabilidad anunciada del 7,5 % antes de impuestos. Ante esta situación, los sectores convencionales se están aprovechando de las reflexiones de la Unión Europea sobre el futuro marco de apoyo a las renovables, para interpretarlo en clave de que hipotéticos recortes o retirada de primas estarían bien vistos por Europa.
Efectivamente, los tiempos cambian y es lógico que se revisen los sistemas de apoyo que se implementaron en un momento de lanzamiento de estas energías. Como todo, estos sistemas han tenido sus luces y sus sombras, y ahora se debate definir otros más adecuados de cara al futuro.
Esto es lo que recomienda la Comisión Europea en un borrador de comunicación, que empieza afirmando que mantiene el objetivo a largo plazo de un sistema de generación eléctrica libre de emisiones para el que habrá que diseñar mecanismos eficientes de apoyo. Las tecnologías maduras como la eólica terrestre y la fotovoltaica ya anuncian que pueden funcionar prácticamente sin ayudas, mientras que otras como la termosolar, aseguran que para evitar la necesidad de respaldo de ciclos combinados o la eólica offshore necesitarán apoyos adecuados y progresivos que se ajusten a su situación y que aporten más competitividad a este tipo de energía.
Para ello hay diferentes fórmulas que permitirían recoger la situación del mercado en cada momento y reducir paulatinamente los apoyos, incluso discriminando horariamente la retribución, hasta que, en pocos años, dejaran de ser necesarios.
La Comisión siempre habla de medidas a futuro y defiende que sean estables y no destruyan la legítima confianza de los inversores, criticando implícitamente las medidas retroactivas que viene adoptando últimamente nuestro país.
El nuevo marco, además de permitir alcanzar los objetivos de emisiones y de contribución de las renovables, pretende que los costes de la energía no merme la competitividad de la industria.
En este sentido, hay que llamar la atención una vez más sobre el hecho de que la penetración de las renovables en España con sus primas no ha supuesto el encarecimiento de la factura de la electricidad (especialmente a las industrias, cuya proporción de peajes asociados a la potencia es menor que para los particulares), ya que el efecto depresor en los precios del pool ha tenido un efecto neto de ahorro sobre los costes del sistema, tras el pago de las primas de unos 8.000 M€ en estos últimos años.
Lo que debe ser un principio indiscutible es la prioridad de despacho de todas las energías renovables ya que, una vez realizadas las instalaciones, su “combustible” es autóctono, gratuito y libre de emisiones, exactamente lo contrario de lo que pueden ofrecer las energías fósiles que, por el contrario, nos abocan a una economía de costes energéticos crecientes, al mantenimiento de la dependencia y la vulnerabilidad ante las previsibles futuras crisis mundiales.